
Es la especialidad médica y quirúrgica que trata las enfermedades del sistema reproductor femenino (útero, vagina y ovarios).
Como ocurre en el resto del ejercicio de la medicina, las herramientas principales para el diagnóstico ginecológico son la historia clínica y el examen físico. Sin embargo, el examen ginecológico siempre ha sido mucho más íntimo que el examen físico de rutina. Requiere, también, de instrumentos específicos de la profesión, como el espéculo, que permite retraer los tejidos vaginales para explorar el cuello uterino.
En Policlínica Barcelona contamos con un grupo de ginecólogos especialistas en el diagnóstico y tratamiento de síntomas asociados a enfermedades tales como: Cáncer y enfermedades pre-cancerosas de los órganos reproductivos, Incontinencia urinaria, Amenorrea (períodos menstruales ausentes), Dismenorrea (períodos menstruales dolorosos), Infertilidad, Menorragia (períodos menstruales anormalmente voluminosos): una indicación frecuente de una histerectomía, Prolapso de órganos pélvicos o Escabiosis (sarna).
Como pruebas diagnósticas se realizan citologías, ecografías abdominales, ecografías mamarias, ecografías transvaginales, mamografías, resonancias pélvicas y pruebas de urodinamia.
Revisión Ginecológica 69€* * +30€ con ecografía tr…
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Es recomendable realizar una revisión ginecológica anual a partir de los 25 años o en cuanto se inician las primeras relaciones sexuales. Durante esas visitas no sólo se revisa el estado general de salud de la paciente, sino que se resuelven dudas de todo tipo,como las relacionadas con los métodos anticonceptivos; enfermedades de tipo hereditario, molestias diversas,etc. Por tanto, la ginecóloga nos asesorará de todo aquello que pueda inquietarnos y que esté relacionado con la salud íntima de la mujer.
Una revisión ginecológica incluye una exploración general, ginecológica y de palpación de mamas, así como algunas pruebas complementarias como la citología o la ecografía mamaria.
En cualquier caso, la finalidad última de la revisión ginecológica es la prevención, detección y tratamiento de enfermedades y patologías como el cáncer de mama y ovarios, enfermedades de transmisión sexual, alteraciones en los órganos reproductores, etc.
Proceso
Durante la exploración física, el ginecólogo revisará el estado de los genitales de forma externa, comprobando el estado de los labios menores y mayores, clítoris, desembocadura del meato uretral, etc. Posteriormente pasará a revisar los genitales de forma interna, inspeccionado la vagina y el cuello uterino. Puede realizar una Colposcopia, la cual permite visualizar el cuello del útero de una forma muy precisa.
Una vez concluida esta parte, pasará a la exploración mamaria, axila y clavícula, la cual se realiza mediante una palpación manual para detectar cualquier anomalía.
Esta revisión suele complementarse con algunas pruebas complementarias como la citología, ecografía o mamografía. En cualquier caso, estas pruebas siempre serán las indicadas por el especialista en ginecología y se realizarán en función de la edad del paciente o los hallazgos localizados durante las exploraciones.
La citología vaginal es una de las ayudas diagnósticas más importantes. Es muy útil, indolora, relativamente rápida, económica y sencilla. Bien ejecutada puede detectar cáncer de cuello de útero y de vagina, y da una idea de la actividad hormonal de la mujer. También aporta datos sobre infecciones vaginales.
Toda mujer en edad reproductiva y/o con antecedente de actividad sexual debería practicarse una citología vaginal al menos una vez al año.
Los síntomas ginecológicos más importantes para sospechar enfermedades a nivel del cuello uterino y vagina son:
Siempre que existe al menos alguno de esos síntomas hay patología cervical o vaginal. Como la sangre actúa como medio de cultivo se facilita la aparición de infecciones cuando hay hemorragia vaginal, incluso menstrual.
Sin embargo la ausencia de síntomas no garantiza que no exista enfermedad en el cuello uterino o en la vagina. De ahí la necesidad de practicar una citología vaginal y una buena ecografía periódicamente. Cada examen detecta condiciones no detectadas por el otro, especialmente la cervicitis y los quistes de Naboth.
La ecografía es una prueba de diagnóstico por imagen (más información sobre diagnóstico por la imagen aquí), inocua e incruenta, por lo que no representa ninguna incomodidad, ni malestar, para el paciente.
Se realiza con la persona acostada en una camilla y con el abdomen descubierto. Tras aplicar un gel a modo de lubricante, el médico aplicará una sonda con la que recorrerá el abdomen hasta localizar aquel órgano que desee examinar. El proceso es exactamente el mismo que se aplica a las embarazadas para comprobar el estado de sus bebés.
De manera habitual, aunque dependiendo del órgano a estudiar, se pedirá al paciente que realice una dieta que prevea la ingestión de bastantes líquidos y que no orine en los 3 minutos previos a la prueba.
El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes entre las mujeres del siglo XXI y, probablemente, la más mortal. Ésta y muchas otras pueden detectarse a tiempo gracias a una ecografía mamaria, también llamada mamografía. En estos casos, la prevención es vital para poder aplicar un tratamiento en los primeros estadios de la enfermedad. Sin embargo, el trabajo empieza en casa. Es necesario aprender a realizarse autoexámenes que puedan alertarnos sobre la presencia de bultos o de anomalías en los pechos.
Algunos de los síntomas de las enfermedades de la glándula mamaria son:
En cualquier caso, a partir de los 40 años, es muy importante realizarse mamografías anuales y hacerse autoexámenes con cierta regularidad. La prueba es indolora y a penas dura unos minutos.
Cabe destacar que, frecuentemente, algunas enfermedades mamarias se asocian a problemas de ovarios, por lo que es indispensable también una adecuada valoración de éstos cuando aparecen problemas en los pechos.
Es un procedimiento usado para examinar la vagina, el útero, las trompas de Falopio, los ovarios y la vejiga.
Para realizarla, se inserta un instrumento en la vagina que emite unas ondas de sonido que rebotan en los órganos del interior de la pelvis. Éstas crean ecos que se envían a un ordenador que las traduce en imágenes. Se trata, en resumen, de una ecografía a la que por el lugar dónde se lleva a cabo se llama ecografía transvaginal.
Este tipo de prueba ayuda a diagnosticar la causa de ciertos tipos de infertilidad, dolor pélvico, sangrado anormal y problemas menstruales. El procedimiento puede mostrar el revestimiento del útero (endometrio) y puede revelar quistes ováricos, tumores ováricos, infecciones pélvicas, fibroides uterinos, etc.
La ecografía transvaginal también se utiliza durante el embarazo para vigilar el crecimiento del feto, escuchar sus latidos cardíacos, verificar si hay embarazo ectópico y otros problemas potenciales.
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